Iglesia de San Rafael Arcángel y San Benito Abad

La iglesia de San Rafael Arcángel y San Benito Abad es notoria por varias razones. En primer lugar, porque es una muestra de los cambios que han transformado al vecindario desde que, en el siglo XIX, se llamaba colonia Arquitectos hasta hoy, que ostenta el nombre de colonia San Rafael, aunque esto sea un indicativo del cambio secular que ha sufrido la zona.

Alrededor de 1910, un grupo de monjes benedictinos españoles construyeron un templo aquí que perduró durante parte del periodo revolucionario hasta que fue demolido. Pero en 1921 se edificó uno nuevo, cuyo proyecto quedó a cargo de dos arquitectos catalanes. El diseño lo hizo José Verdager y la construcción del complejo la realizó Enrique Monet. Fue inaugurada en 1925, aunque sin su fachada neogótica, sino con una de madera que la hacía ver mucho más adusta.

Según nos dice Iván San Martín, los registros conservados en la iglesia atribuyen al arquitecto Salvador Roncal y Gómez Palacio la fachada que se construyó en 1943. Roncal era discípulo de José Villagrán García, cuyos trabajos son más reconocidos en su natal ciudad de Durango. Sin embargo, el nombre de otro arquitecto, Nicolás Mariscal y Piña, también se menciona con frecuencia en los archivos parroquiales.

En el frente de la iglesia, destaca una estatua del arcángel San Rafael que está colocada en el centro de una sucesión de arcos puntiagudos. Se trata de una de las fachadas más singulares, casi radiante, entre las de las iglesias de Ciudad de México, a lo que sin duda contribuye su estructura del más puro estilo neogótico. Además de honrar al arcángel, esta iglesia fue luego dedicada también al abad San Benito de Nursia, fundador de la orden benedictina.